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Pareja realizando estiramientos antes de hacer deporte

Lesiones deportivas comunes y cómo prevenirlas

Al realizar actividad física regular, practicar deporte o realizar ejercicio, nuestro cuerpo se expone a ciertos riesgos como, por ejemplo, las lesiones deportivas. Estas pueden afectar tanto a músculos, tendones, ligamentos, articulaciones como a huesos y se manifiestan de diferentes formas.  

Con el objetivo de disfrutar plenamente del ejercicio sin comprometer nuestra salud profundizaremos sobre los diferentes tipos de lesiones, las más frecuentes según la zona corporal afectada y algunas recomendaciones prácticas para prevenirlas.

Tipos de lesiones deportivas  

Las lesiones asociadas a la práctica deportiva pueden clasificarse principalmente en dos categorías: según la causa que las provoca y según su evolución temporal. Esta distinción resulta fundamental para comprender su naturaleza, realizar un diagnóstico adecuado y determinar el tratamiento más efectivo.

Lesiones agudas  

Las lesiones agudas se caracterizan por su aparición súbita durante la actividad física. Ocurren cuando una fuerza externa supera la capacidad de resistencia de los tejidos corporales, provocando un daño inmediato.  

Estas afecciones suelen manifestarse con síntomas intensos como dolor severo, inflamación notable, incapacidad funcional y, en algunos casos, deformidad visible.

Entre los ejemplos más comunes de lesiones agudas encontramos los esguinces articulares, las fracturas óseas, las dislocaciones y los desgarros musculares.

Estas situaciones, frecuentemente, requieren atención médica inmediata y pueden necesitar un periodo prolongado de recuperación antes de retomar la actividad deportiva.  

Lesiones crónicas

Por otro lado, las lesiones crónicas se desarrollan gradualmente a lo largo del tiempo, como consecuencia de microtraumatismos repetitivos o sobrecarga continua sobre determinadas estructuras anatómicas.  

Es decir, estas afecciones son el resultado de la acumulación progresiva de pequeños daños que no tienen tiempo suficiente para repararse entre las sesiones de entrenamiento.

La tendinitis, la fascitis plantar, el síndrome de estrés tibial (dolor en las espinillas) y las fracturas por estrés constituyen ejemplos característicos de lesiones crónicas.  

Sus síntomas suelen ser más sutiles inicialmente, manifestándose como molestias leves durante la actividad que pueden intensificarse gradualmente si no se abordan adecuadamente.

Lesiones deportivas más frecuentes  

Las lesiones relacionadas con la práctica deportiva pueden afectar a diversas zonas corporales, cada una con sus particularidades. A continuación, analizamos las más comunes según la zona afectada.  

Rodilla

La articulación de la rodilla, por su complejidad estructural y las fuerzas que soporta, representa una de las zonas más vulnerables durante la actividad física.

  • Rotura de menisco: Esta lesión afecta al cartílago que amortigua la articulación. Ocurre frecuentemente en deportes que implican giros bruscos como fútbol, baloncesto, padel y tenis.  

    Los síntomas incluyen dolor localizado, inflamación y sensación de bloqueo al mover la rodilla.
     
  • Lesión del ligamento cruzado anterior: Considerada una de las lesiones más graves en deportistas, suele producirse durante cambios repentinos de dirección o aterrizajes incorrectos tras un salto. Es particularmente común en fútbol, esquí y baloncesto.  

    Se manifiesta con dolor intenso, hinchazón inmediata y sensación de inestabilidad.
     
  • Condromalacia rotuliana: También conocida como "rodilla del corredor", consiste en el deterioro del cartílago bajo la rótula. Afecta principalmente a corredores, ciclistas y personas que practican deportes con impacto repetitivo.  

    Causa dolor en la parte frontal de la rodilla, especialmente al subir o bajar escaleras.

Tobillo

El tobillo soporta todo nuestro peso corporal y está sometido a fuerzas considerables durante actividades deportivas, lo que explica la alta incidencia de lesiones en esta zona.

  • Esguince de tobillo: Representa la lesión deportiva más frecuente, producida por un estiramiento excesivo o desgarro de los ligamentos que estabilizan la articulación. Ocurre habitualmente en deportes como baloncesto, voleibol y fútbol, especialmente al pisar de forma incorrecta o sobre el pie de otro deportista. Se caracteriza por dolor, hinchazón y dificultad para apoyar el pie.
  • Tendinitis aquílea: Afecta al tendón que conecta los músculos del gemelo con el talón. Es común en corredores, saltadores y jugadores de deportes de raqueta. El dolor se localiza en la parte posterior del talón y empeora con la actividad física.

Hombro

La articulación del hombro ofrece gran movilidad, pero es su estabilidad lo que la hace propensa a diversas lesiones, especialmente en deportes que implican movimientos por encima de la cabeza.

Lesión del manguito rotador: Afecta al conjunto de músculos y tendones que estabilizan el hombro. Es frecuente en nadadores, tenistas y lanzadores. Provoca dolor al elevar el brazo y debilidad en la articulación.

Luxación de hombro: Ocurre cuando la cabeza del húmero se desplaza fuera de su cavidad articular. Es común en deportes de contacto como rugby, hockey y artes marciales. Causa dolor intenso, deformidad visible y limitación severa del movimiento.

Codo

  • Epicondilitis lateral: Conocida popularmente como "codo de tenista", consiste en la inflamación de los tendones que se insertan en la parte externa del codo. Afecta principalmente a tenistas, golfistas y personas que realizan movimientos repetitivos de extensión de muñeca. Se manifiesta con dolor en la zona externa del codo que puede irradiarse hacia el antebrazo.
  • Epicondilitis medial: O "codo de golfista", implica la inflamación de los tendones de la cara interna del codo. Es frecuente en golfistas, lanzadores de jabalina y deportistas que realizan movimientos repetitivos de flexión de muñeca. Causa dolor en la parte interna del codo.

¿Cómo prevenir lesiones deportivas?  

La prevención es, sin duda, el mejor enfoque para evitar las lesiones deportivas. Seguir estrategias preventivas adecuadas no solo reduce el riesgo de sufrir lesiones, sino que también optimiza el rendimiento deportivo y prolonga la vida activa.

Preparación física adecuada  

Una forma física adecuada representa la base fundamental para prevenir lesiones. Esto implica desarrollar de manera equilibrada diferentes capacidades físicas como fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación.  

El fortalecimiento muscular, especialmente de los grupos que estabilizan las articulaciones principales, crea un soporte natural que reduce la sobrecarga en ligamentos y tendones.

Los ejercicios con bandas de resistencia constituyen una excelente opción para desarrollar fuerza funcional sin sobrecargar las articulaciones. Asimismo, incorporar entrenamiento funcional en la rutina deportiva mejora los patrones de movimiento y la estabilidad corporal global.

Fortalecer la musculatura central o core, también resulta particularmente importante, ya que proporciona estabilidad a toda la cadena cinética del movimiento, reduciendo el riesgo de lesiones tanto en extremidades superiores como inferiores.

Técnica correcta y progresión gradual  

Dominar la técnica adecuada para cada deporte o ejercicio es un factor fundamental para evitar lesiones. Los movimientos ejecutados incorrectamente generan tensiones anormales en estructuras anatómicas no preparadas para soportarlas, aumentando significativamente el riesgo de lesión.

Por otra parte, no debemos olvidar respetar el principio de progresión gradual en el entrenamiento. Incrementar bruscamente la intensidad, duración o frecuencia de la actividad física representa uno de los errores más comunes que conducen a lesiones por sobrecarga. Se recomienda aumentar el volumen de entrenamiento en un máximo del 10% semanal.

Calentamiento y recuperación  

Es necesario dedicar tiempo suficiente al calentamiento para preparar el organismo para el esfuerzo, aumentando la temperatura corporal, mejorando la elasticidad de los tejidos y optimizando la coordinación neuromuscular. Un calentamiento efectivo debe incluir ejercicios cardiovasculares suaves, seguidos de movilidad articular y estiramientos dinámicos específicos. E igual de importante será estirar después de entrenar.

Equipamiento adecuado    

Por último, utilizar material deportivo adecuado para cada actividad y que se encuentre en buen estado también es una buena medida de prevención. Especialmente importante es el calzado deportivo, que debe proporcionar la amortiguación y estabilidad correctas para la práctica deportiva. Además, en deportes con riesgo de impacto o caídas, el uso de protecciones específicas como cascos, rodilleras o muñequeras también ayuda a evitar lesiones deportivas.